Mientras los civiles se preparan para una incursión israelí potencialmente inminente en la ciudad fronteriza de Rafah, varias organizaciones no gubernamentales han emitido advertencias sobre las consecuencias humanitarias para la ciudad.
Las Fuerzas de Defensa de Israel «pronto entrarán en Rafah, el último bastión de Hamas», dijo el jueves el primer ministro Benjamín Netanyahu. Estados Unidos no apoyaría una operación militar israelí en Rafah “sin una planificación seria”, dijo el jueves el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Se estima que actualmente hay 1,3 millones de personas en Rafah, según estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC): Rafah pronto podría convertirse «en una zona de derramamiento de sangre y destrucción de la que la gente no podrá escapar», dijo el jueves en un comunicado de prensa. «Los ataques en zonas donde proporcionan alimentos, agua y refugio significan que este apoyo para salvar vidas se verá obstaculizado, si no detenido por completo», advirtió Angelita Caredda, directora regional del NRC.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF): La agencia de la ONU también compartió sus temores por los más de 600.000 niños refugiados en Rafah, muchos de los cuales «han sido desplazados de otras partes de Gaza».
Si bien meses de intensos combates en el norte prácticamente han destruido las instalaciones humanitarias y de salud del norte, los funcionarios exigen que se protejan los pocos servicios que quedan en el sur.
«Necesitamos que los últimos hospitales, refugios, mercados y sistemas de agua que quedan en Gaza sigan funcionando. Sin ellos, el hambre y las enfermedades se dispararán, cobrándose más vidas infantiles», imploró la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, en un comunicado publicado el jueves.