El sargento israelí. Omri Erental estaba arrodillado en la boca de un túnel en Gaza, vigilando mientras esperaba que llegara una unidad especializada, cuando de repente notó movimiento debajo.
Otros soldados de su unidad de ingeniería de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel ya habían arrojado dos granadas al pozo del túnel, por lo que Erental encendió la antorcha.
Luego sintió un impacto como de martillo, como si «la lava caliente me hubiera golpeado en la cara», recordó.
El impacto fue una bala de 7,62 milímetros que le atravesó la mejilla y le arrancó un fragmento de la mandíbula, antes de alojarse en el cuello, muy cerca de nervios y arterias críticas, según Erental y su médico. Cuando Erental regresó a un lugar seguro, sus compañeros soldados mataron al militante que le disparó desde el interior del túnel, dijo.
Exponer los túneles es crucial para la campaña del ejército israelí contra Hamas en el enclave palestino, pero el trabajo presenta grandes desafíos y peligros. Israel utiliza enormes bombas de búnker para penetrar profundamente bajo tierra, apuntando a lo que dice son centros de comando y combatientes de Hamás, pero estas a menudo dejan enormes cráteres donde alguna vez estuvieron edificios civiles y pueden matar a un gran número de civiles.
Los miembros de las fuerzas de ingeniería de combate de Israel también envían drones, perros y, a veces, tropas a lo más profundo de los túneles llenos de trampas explosivas para limpiarlos de combatientes de Hamas, descubrir información potencialmente útil y, en última instancia, detonarlos.
Los funcionarios israelíes creen que muchos combatientes de Hamás –incluido el líder de Gaza, Yahya Sinwar– sobreviven en sofisticados túneles equipados con electricidad, baños y suministros de alimentos y agua.
Mire el informe de Jeremy Diamond: